lunes, 4 de julio de 2011

Estas son las recomendaciones de la Fundéu para los periodistas

El 20/12/2005, en su sitio la Fundéu se dedicó a explicar que "indio" no es lo mismo que "indígena" y lo hizo en los siguientes términos:

Se advierte de la utilización errónea de la palabra indígena como sinónimo de indio.


La Fundéu recuerda que indígena no es sinónimo de indio, por lo que recomienda que no se hable de indígena cuando se quiera hacer referencia al origen indio del recién elegido presidente de Bolivia, Evo Morales.


Indígena es la persona originaria de un país, por lo que este término es aplicable tanto a Evo Morales como a su rival, el conservador Jorge Quiroga, pese a que éste no es de origen indio. Sin embargo, los dos son originarios de Bolivia.


Posiblemente, por razones políticas o eufemísticas, se llama indígenas a los indios de los países hispanoamericanos, hasta el punto de que a la doctrina que propugna reivindicaciones políticas y sociales para los indios y mestizos en las repúblicas iberoamericanas se le da el nombre de indigenismo.


Pese a ello, se reitera que lo correcto, en este contexto, es hablar de indios y no de indígenas y de «comunidad india» y no de «comunidad indígena»."

El texto puede leerse en http://www.fundeu.es/recomendaciones-I-indio-e-indigena-59.html

Dicho de otro modo, estos tipos dicen que es incorrecto llamar "indígena" a Morales e instan a referirse a él como "el indio Morales", apelativo tremendamente despectivo en prácticamente toda América. En virtud de los convenios suscritos entre la Fundéu y multitud de medios españoles y americanos para asumir sus consejos, uno de esos medios, El País, de España, siguió la recomendación, y ante el alud de quejas que recibió, su ombudsman, Sebastián Serrano*, tuvo que salir a la palestra a pedir disculpas. El artículo en cuestión es del 22 de enero de 2006, decía esto:

El 5 de enero pasado, este diario publicó un editorial que incluía esta frase: "Evo Morales es el primer indio elegido presidente de Bolivia y, como tal, representa una novedad de suma importancia". Ese mismo día, Jorge Alania Vera envió desde Lima un correo electrónico en el que decía: "En Perú la palabra indio tiene una connotación despectiva. No así la palabra indígena. Lo mismo sucede en Bolivia y Ecuador".
Ocho días después, el mismo lector insistió en el tema al publicarse en El País.es el siguiente titular: "Fox no irá a los actos de toma de posesión del primer presidente indio boliviano". Desde Argentina, Marcos Calligaris criticó ese mismo título: "Indio significa 'natural de la India' y hace tiempo que a los nacidos en Latinoamérica han dejado de llamarlos así. La forma correcta es indígena".

Coincidiendo también con la elección de Evo Morales, la Fundación del Español Urgente (Fundéu), a través de la agencia Efe, ha hecho un planteamiento totalmente distinto: "Se advierte de la utilización errónea de la palabra indígena como sinónimo de indio. La Fundéu recuerda que indígena es sinónimo de la palabra aborigen (originario del suelo en que vive), por lo que se recomienda que no se hable de indígena cuando se quiera hacer referencia al origen indio de Evo Morales".

Las posiciones no podrían estar más enfrentadas. Indio, que para los dos lectores latinoamericanos es despectivo, para la Fundéu, que basa sus argumentos en las definiciones de la Real Academia Española, es la palabra que debe utilizarse.

Para tratar de salir del atolladero, pedí al redactor jefe de Internacional que planteara el tema a los corresponsales del diario en América Latina. La mayoría confirma que al término indio se le atribuye, en mayor o menor grado, connotaciones negativas, mientras que indígena no las tiene y es el que suele usarse.
Mabel Azcui, desde Bolivia, cuenta que allí los dos términos son sinónimos. Sin embargo, "indio tiene connotaciones despectivas y, según el tono en que se dice, puede ser un insulto". Pilar Lozano, desde Bogotá, precisa que utilizado con tono despreciativo, indio se vuelve "sinónimo de inferior, de pobre". Clodovaldo Hernández, desde Venezuela, afirma que allí no se utiliza de forma desdeñosa pero la prensa utiliza indígena. Francesc Relea, desde México: "El uso del vocablo indio es, además de impreciso, de una clara connotación despectiva. Ningún medio de comunicación lo usa. Oficial y cotidianamente se utiliza indígena".

Desde Chile, Manuel Delano profundiza en la consideración de que indio es un término impreciso: "La percepción de que es despectivo está quizá asociada al hecho de que no se identifica el origen preciso de la persona. En cambio, identificar a una persona como quechua, aymará, pascuense o mapuche no tiene esa misma carga. En cierto modo, el vocablo indio reproduce en el habla la mirada del blanco y el conquistador". Delano agrega: "Indígena, en cambio, es un vocablo que aparece revestido de dignidad. Las organizaciones de los pueblos autóctonos dicen que son representantes de los pueblos indígenas". La sección de Internacional de este diario utiliza preferentemente el término indígena por estar exento de matices negativos. Esta preferencia se constata haciendo una búsqueda entre los textos publicados desde el 18 de diciembre, día de la elección de Evo Morales, hasta el viernes pasado. El término indígena figuraba en 46 de ellos, mientras que indio, una vez excluidos los que hacen referencia a la India, constaba en 17.
Esta opción, aunque no es la preferida por la Real Academia, tampoco se puede decir que ésta la excluya.

El Diccionario panhispánico de dudas, en la entrada indio, señala: "Es asimismo frecuente el uso del término indígena, debido en parte al matiz despectivo que ha adquirido la voz indio en algunos países de América".
Creo que utilizar preferentemente indígena es una opción razonable porque evita que algunas personas se puedan sentir ofendidas. No es posible obviar el dato de que este diario tiene cada vez más lectores latinoamericanos, sobre todo a través de Internet. Pero tampoco sería razonable prescindir totalmente del término indio.

La redactora de Internacional Maite Rico, enviada especial a las elecciones bolivianas y con amplia experiencia en América Latina, considera que la connotación negativa se la da a ese término el hablante o el lector. "No hay más que ver", añade, "la infinidad de documentos en los que se habla de pueblos indios: desde las declaraciones zapatistas, a la Agencia Internacional de Prensa India o el Parlamento Indio Americano. Yo uso más indígena, pero el debate me parece artificial". Para esta periodista, la actual "fiebre de corrección política empieza a ser asfixiante".

En la web del Fondo para el desarrollo de los pueblos indígenas de América Latina se publicó el 23 de diciembre un artículo que aboga por darle la vuelta al uso del vocablo indio. Lo firma el investigador social boliviano Carlos Torrico, que opina así: "Creo que acostumbrarse a usar el término indio en un contexto lingüístico que no denote connotaciones negativas es una forma de desmontar esas connotaciones. Si a fuerza de banalizar su negatividad logramos desarmar su carga peyorativa, pues podremos un día sumar dicho término, y con el mismo nivel de significación, a la lista formada por nominativos como humano, persona, boliviano o venezolano".

Torrico agrega: "Prohibir el uso del término, borrarlo de nuestra lengua por ley, no podremos. Un tal intento, al contrario, ayudará a reforzar sus connotaciones negativas heredadas de la historia colonial, y con ello su potencial como arma lingüística para agredir continuará siempre al alcance de cualquiera. Pero en cambio, si recurrimos a la otra estrategia, el arma quedará desarmada". No parece una mala idea.

Hasta acá, entonces, el tipo de entuerto al que conducen las recomendaciones de la Fundéu. Así lo ve una eminente filóloga española, que, consultada por el Club de Traductores Literarios de Buenos Aires, ha preferido mantener el anonimato: "Este es un ejemplo clarísimo de la estupidez que supone centralizar en España un servicio de consulta y guía de español correcto. Ni existe un solo español, ni existe un solo modelo de lengua escrita, y cada país e incluso cada medio mueve los hilos idiomáticos en función de su idiosincrasia, sus necesidades expresivas, sus realidades y sus tradiciones verbales. Que un organismo de un país a miles de kilómetros, que además muestra un conocimiento y sensibilidad nulos respecto a la variedad de una lengua, como se ha visto, pretenda inmiscuirse en el modo de escribir de otra nación es imperialismo, sin más, y además imperialismo que sólo favorece la geoestrategia española y su expansión económica, razón por la cual va acompañado de un banco transnacionalizado como el BBVA".

Nota:
*Sebastián Serrano (1953) fue uno de los fundadores de El Periódico, donde fue redactor jefe de Política y subdirector de Información. En 1989 se incorporó a la redacción en Barcelona de El País tras desavenencias con Antonio Franco, fundador y ex director de El Periódico. Fue corresponsal en Moscú, fundador de Ciberpaís y en 2005 fue nombrado Defensor del Lector en sustitución de Malén Aznárez. Seis meses después de firmar la columna que se reproduce más arriba, dejó El País para incorporarse como director adjunto a El Periódico de Catalunya

3 comentarios:

  1. Hola de nuevo,
    Lea su propio título, las recomendaciones. De su inteligencia depende seguirlas o no. Si ésta viene determinada por un posicionamiento político tan estrecho como feo es el calificativo de la ¿eminente? lingüísta anónima (¿es de recibo fiarse de un anónimo que además falta al respeto?), entonces no hay universalismo, nacionalismo, regionalismo ni provincialismo que le salve. Cualquier persona con un mínimo de sensibilidad política y conocimiento de la historia se negará a utilizar indio en este contexto. Es una cuestión de cultura. Una pena que gran cantidad de redactores de la mayoría de los periódicos carezcan de ella o comentan errores. Una sugerencia: Corrija usted a la futura fundeurgentina que pretende evitar errores como el copiado aquí por usted. Si tiene capacidad, claro, y si no pues no la sintonice y ríase después cuando un escritor meta la pata por su culpa (de ella). Ya lo dijo el pequeño dios del maiz de los chanantes: http://www.youtube.com/watch?v=xQhPMnDAYCw

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  2. Jorge Fondebrider6 de julio de 2011, 9:48

    Antonio, usted que juzga tan acremente a la "lingüísta anónima" de esta entrada –cuyo anonimato, justamente, respetamos para preservar su fuente de trabajo–, ¿tiene apellido además de nombre? Lo pregunto porque hasta ahora usted también es anónimo.

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  3. Es verdad que la Fondue empieza hablando de recomendaciones, que pueden seguirse o no según les plazca a la inteligencia y sensibilidad lungüística (lingüista va con tilde ahora?) de cada cual, pero acaba diciendo que lo correcto es esto y no aquello. O lo que es lo mismo: ustedes escribalón como les dicten su indiosincracia o su indiolencia, pero es una reverenda indiotez propia de indiocumentados, porque se dice como digo yo, que sé lo que me digo y no estoy contaminado por indiolectos ni indiologías.
    Pues vale, pues muy bien.
    Resulta curioso recordar que la etimología de indio procede de un error de punto de vista espectacular, tan paradigmático como la idea de que el continente americano necesitaba ser descubierto por europeos para existir. Menos mal que, manque tarde, un día por fin llegaron.
    Pero no llegaron con las manos vacías: además de los trabucos, los caballos y la sífilis, traían una gramática recién salida del horno, en cuya introducción su autor manifestaba: "Siempre la lengua fue compañera del imperio".
    Parece como si asistiéramos a un neonebrijismo 2.0, amable, virtual, recomendador, correctivo, panhispano, de cóctel y despacho. Por suerte, en el continente descubierto todo eso sigue levantando roncha.

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