domingo, 3 de julio de 2011

Academia se entrega, joya, nunca taxi

La Fundación del Español Urgente (www.fundeu.es) es una institución patrocinada por la Agencia Efe y el banco BBVA que tiene como principal objetivo el buen uso del español en los medios de comunicación.” Esto, al menos, es lo que se lee en el anuncio que con bombos y platillos acaba de poner en su portal la Academia Argentina de Letras (http://www.letras.edu.ar/fundeu.html), para justificar un acuerdo realizado entre ambas instituciones, cuyo objeto es “mejorar los niveles de calidad lingüística” de los periodistas argentinos. La noticia, que, tiene un cierto tufo a negocio colonial, nos lleva a preguntarnos por qué, si tan importante le resulta a la Academia Argentina de Letras que nuestros periodistas escriban bien, no llevó a cabo la tarea que ahora deja en manos ajenas, oportunamente y por sus propios medios, sin necesidad de asociarse con una institución extranjera que patrocina la agencia nacional española y nada menos que un banco de esa nacionalidad (y, de paso, ¿cómo es que Telefónica se quedó afuera? ). ¿Será que los académicos argentinos, presididos por el ubicuo Dr. Barcia, no están capacitados? ¿Será que están para cosas más importantes? Y si así fuera, ¿para qué nos sirve la Academia Argentina de Letras? ¿Para mandar a España, como comentaba Borges, informes sobre el nombre de los yuyos de Catamarca?  

Fundéu BBVA en la Argentina

La Academia Argentina de Letras (AAL) y la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) han llegado a un acuerdo para desarrollar un proyecto dirigido a los periodistas argentinos que les ayude a mejorar sus actuales niveles de calidad lingüística. Para ello se ha creado una sucursal en el país denominada “Fundéu BBVA en la Argentina”, a cargo de la magíster Gabriela Pauer, que trabaja con el asesoramiento permanente de la AAL y la aprobación de su presidente, el Dr. Pedro Luis Barcia.
             
Con el propósito de que estas recomendaciones lingüísticas tengan la mayor difusión posible y lleguen a todos aquellos que ejercen el periodismo en nuestro país, la AAL ha firmado, a su vez, un convenio con dos entidades periodísticas argentinas: ADEPA (Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas) y FOPEA (Foro de Periodismo Argentino). Este lazo hace que, desde el 1 de enero de 2011, prácticamente la totalidad de los medios gráficos del país reciban la recomendación diaria.
              
El acuerdo al que han llegado ambas instituciones permite, desde principios de enero, la redacción de una recomendación lingüística diaria sobre términos ligados a la actualidad informativa argentina, que ya han comenzado a distribuirse a través de la Agencia Efe a las dos entidades periodísticas mencionadas.
              
Gabriela Pauer,  a cargo de la redacción de las pastillas lingüísticas, revisa diariamente un importante caudal de  periódicos nacionales en busca de problemas, errores y extranjerismos, con el fin de analizarlos y brindar una solución posible. La resolución aparece en forma de recomendación y va siempre como sugerencia o consejo, no como imposición arbitraria. Cada una de las propuestas lingüísticas está justificada y avalada por la AAL y por fuentes citadas en el texto de la recomendación.
             
 El servicio pronto se hará extensivo a la radio y la televisión, cubriendo así los medios audiovisuales, y sumándolos a nuestro propósito de mejorar la calidad lingüística, tanto oral como escrita.
              
Conseguir, entre todos, que los periodistas hagan un buen uso del español es colaborar en la defensa de nuestro idioma, un valor cada vez más en alza, no solo desde el punto de vista cultural, sino también económico y social.
              
La Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) en la Argentina y la Academia Argentina de Letras ofrecen aquí al lector esa misma serie de “pastillas lingüísticas” en forma de recomendaciones idiomáticas sobre términos ligados a la actualidad argentina. Las  ponemos a disposición del lector para que lleguen a todos aquellos que deseen mejorar sus niveles de calidad lingüística.

16 comentarios:

  1. ¿Podría comentar algo negativo sobre la Fundeu? Algo que no tenga que ver con Borges, la aparente incapacidad de la academia argentina (en boca de borges, claro, el infalible) o telefónica(¡¿?!). Creo que tiene usted un problema gordo. Los periodistas (sus periodistas, como si los hubiera comprado usted, al peso, en un puerto de esclavos) que cometen errores y reproducen anglicismos innecesarios sin conocimiento son tan comunes como los escritores sin ideas. A mí personalmente no me parece mal aprovechar los mecanismos legales de evasión de impuestos que se les ofrece a las grandes empresas para que contribuyan un poco a la cultura de idioma.

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  2. En España hay 150.000 familias pendientes de embargo y desahucio porque no pueden pagar las hipotecas a los bancos. Son parte de los 5 millones de personas que se quedaron sin trabajo. Es una idea excelente que el BBVA y el Fundeu se ocupen del idioma español… en Argentina. Si lo hicieron aquí, tendrían que estar todo el día discutiendo cual es la forma correcta de decir hijos de su puta madre.
    Más información en esta página: http://afectadosporlahipoteca.wordpress.com/

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  3. ¿No se puede citar a Borges? Qué lástima, era un muchacho que prometía. Después de leer las pastillas de la Fundéu tuve las siguientes ideas que paso a comunicar al agradable público. 1. ¿La palabra fundéu es un palabra castellana? Casi sin mirar un diccionario diría que la sílaba –deu, en castellano, en posición final, no existe? 2. En la Argentina, la palabra pastilla tiene un significado preferente: “Viejo, ¿te tomaste las pastillas?”. 3. Las pastillas de la Fundeu parecen destinadas a que los periodistas argentinos curen sus enfermedades verbales (y posibles embarazos) olvidando las palabras o expresiones argentinas. 4. Hay que disimular las palabras extranjeras para que suenen o se escriban como castellanas. Por ejemplo así: “La camiseta ajustada que usan los ciclistas es el maillot; esta es la hispanización de la voz francesa maillot”. 5. ¿Por qué la Academia Argentina de Letras utiliza la palabra español para nombrar una lengua que ni siquiera en España se llama así: «El castellano es la lengua española oficial del Estado.» (Artículo 3.1 del Título preliminar de la Constitución española (1978). 6. ¿Cómo debemos entender el deseo incluido antes de las pastillas: “Que los periodistas hagan un buen uso del español es colaborar en la defensa de nuestro idioma, un valor cada vez más en alza, no solo desde el punto de vista cultural, sino también económico y social.”? 7. ¿Qué valor, en alza y económico, ponen en peligro los periodistas argentinos cuando, como es habitual entre los periodistas españoles, escriben sprint en lugar de esprín, no llaman peón al ciclista gregario o se les ocurre usar culotte en lugar de culote?

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  4. Jorge Fondebrider3 de julio de 2011, 15:24

    Estimado Antonio:
    En primer lugar, la Fundeu es percibida por muchos –españoles incluidos– como el brazo armado de la RAE. La norma que parece presidirla es "fuera los extranjerismos". Lo que nos lleva directamente a las políticas de la lengua propias del franquismo.

    Franco, ese dictador de pacotilla que con la anuencia de mucha gente, hoy liberal (claro) impuso que en España todo se escribiera en castellano como dios manda. Así, "fútbol" fue "balompié", "basket" fue "baloncesto" y "etc." vaya uno a saber qué cosa.

    A eso se sumó que todo se pronunciaba en castellano, prejuicio de pureza –¿no era el nazismo el abogaba por ella– que en Latinoamérica, que siempre se reivindicó híbrida e impura, nunca tuvimos. Por eso la marca "Woolite" para nostros nunca fue "bolite". Y también por eso, en tiempos de Borges –que fue académico–, la Academia Argentina de Letras no andaba recurriendo a fundaciones ridículas ni a bancos que, como nos recuerda el amigo Vicente en su comentario, se quedan con las casas de la gente.

    La idea de corrección lingüistica que la Academia Argentina de Letras de dejar en manos de la Fundéu se parece a la de los nacionalistas argentinos precámbricos que, sirviéndose de los dichos de Amado Alonso y Américo Castro –dos extranjeros a quienes dimos generosamente de comer–, sostenían que en la Argentina hablamos mal.

    Entonces, imagine usted por un momento, mi buen Antonio, cómo se sentiría usted si alguna fundación argentina le dijera que no debe escribir ni pronunciar "jersey" por "buzo" porque eso es hablar mal y mucho menos "ir a por pan" en lugar de "ir a comprar pan" porque dos preposiciones seguidas es de bestia.

    Así que, como decimos acá, violín en bolsa y mutis por el foro.

    Un saludo cordial

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  5. Como decía Keynes en el largo plazo todos estaremos muertos, incluida la Fundéu y el idioma, por no hablar de la fondeau. Pero un poco de razón tienen los españoles en ayudarnos, los periodistas escribimos como el culo. Así los únicos que ganan son los putos yonis y su idioma primitivo. Todo el mundo hablará en inglés, ya lo dijo Darío, el poeta, uno de los poetas-

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  6. quise decir: ese idioma primitivo con el que dominaron el mundo

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  7. Triste me parecería que hiciera usted mutis por el foro siendo este su blog. :) Hable usted como quiera de verdad, buzo le llama mi abuela a lo que mi padre llama jersey y no creo que hubiera un desentendido por ello ni la primera vez que se lo mencionaron el uno al otro. Si no quiere escuchar los consejos de la Fundeu no los sintonice, pero no los demonice, no está bien, todavía no han empezado a producir y ya les está poniendo la pierna encima. El problema que yo veo en sus palabras es que está criticando a una institución que no le ha hecho ningún mal ni al castellano o español o como quiera que lo llamen ustedes los nacionalistas ni a su de usted argentino (que también considero mío entiéndame, no me molestan sino que me agradan los teleoperadores chilenos, argentinos uruguayos... de Jazztel). "La mano armada" dice, tremendo calificativo para una empresa público privada que lo único que hace es sugerir expresiones. Me niego a creer que alguien se pueda sentir amenazado por una herramienta del idioma. Entérense, lo que daba miedo de Franco no era el bolite o el baloncesto, sino las represalias fascistas (otros nacionalistas de tomo y lomo), las detenciones sin derechos o los fusilamientos sumarios (y los no sumarios).

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  8. Jorge Fondebrider3 de julio de 2011, 19:02

    Antonio, usted parece no entender que no hablamos la misma lengua y que no nos regimos por un único código. Lo que en España puede pasar por buen castellano en la Latinoamérica puede ser lo contrario. Por lo tanto, sin nacionalismos de ningún tipo, que una institución española, pública o privada, se ponga a dar consejos es, por lo menos, impertinente. Usted, como español, tendrá sus razones para hablar como quiera y yo, como argentino, tendré las mías para no estar interesado en los consejos que me dé sobre cómo hablar o escribir "bien".
    Sinceramente, póngase a pensar un rato y dígame si más allá de su simpatía por los teleoperadores argentinos o chilenos, a usted le gustaría que una institución de mi país le dijera cómo hacer las cosas, teniendo usted las suyas propias. No verlo así conlleva un comportamiento un tanto imperial respecto de una lengua que, entendámonos, habla la minoría española entre todas las otras minorías. Dicho de otro modo, todos somos provincias y no hay centro. Pretender que lo hay, además de necio, visto desde esta orilla, cae muy mal.
    Con paciencia y cordialidad

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  9. Inés Grapschental3 de julio de 2011, 19:51

    ¿Somos indios?
    Una de las pastillas de la Fundeu dice así: el diptongo -ui- se tilda cuando recae en él el acento en palabras esdrújulas (cuídalo, construírsela) o en agudas terminadas en vocal (influí, incluí) o en -s (derruís, excluís), pero no en las llanas terminadas en vocal (fluido, jesuita, incluida) o en -s (destruidas, imbuidos, recluidos).
    Preguntemos a coro: ¿las palabras esdrújulas no llevan siempre acento ortográfico? ¿no lo llevan también las agudas que terminan en vocal/n/s? ¿no lo llevan las graves que no terminan en vocal/n/s? ¿Sobre que regla desconocida nos está instruyendo la Fundéu/BBVA? Habla de esto: las combinaciones de vocales cerradas (ui, iu, ii, uu) pueden dar lugar, fonológicamente, a diptongos y a hiatos. Sin embargo, no depende de cómo pronunciemos las palabras. La RAE, estableció, en 1959, la siguiente norma: ortográficamente las combinaciones (ui, iu, ii, uu) se considerarán siempre diptongos y las palabras con (iu, iu, ii o uu) seguirán las reglas generales de acentuación. Antes mencionadas. Tal cosa quiere decir que, aunque en el Río de la Plata, se pronuncie flu-ído, hu-ír, contribu-ír, distribu-ír , es decir, con hiato, deben considerarse diptongos. Como los rioplatenses no son los únicos que pronuncian estos hiatos, estas palabras llevaron acento ortográfico durante siglos.
    Dejo para otro momento, los ejemplos: ¿En qué diario argentino va a escribirse nunca: cuídalo, construírsela, derruís, excluís?
    ¿Somos indios?
    [DRAE, 1734]: Expresión con que se advierte o se arguye al que juzga que no le entienden lo que dice, o pretende engañar. En alusión a los Indios que se tiene por bárbaros, o fáciles de persuadir.
    [DRAE, 2011]: Expresión coloquial usada para reconvenir a alguien cuando quiere engañar o cree que no le entienden lo que dice.

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  10. Honestamente, Jorge, creo que provincializar el idioma es fundirlo. No se puede exagerar en este punto. El idioma tiene un centro porque ha tenido una raíz, y no está mal tener en cuenta el uso milenario de una lengua, porque si más la usamos, más seremos, en sentido heideggeriano, pero también en sentido práctico. Prefiero poder entenderme con mucha gente en el mismo idioma que con cuatro vecinos. También es cierto que las regiones, las ciudades, y aun las cuadras, tienen un código, un lenguaje familiar, el que, por serlo, nos da una dimensión de las cosas distinta a la que se tiene en otras regiones, en otras ciudades: un pasado, tal vez una identidad. Por todo esto, las Academias deberían moverse en un difícil equilibrio. Con esto quiero decir que se deben desterrar los conceptos de "americanismo", "argentinismo" o "mexicanismo", aceptar los coloquialismos, los neologismos, etc.,pero asimismo me parece necesario tener en cuenta una versión histórica de la lengua, por un lado, y ciertas reglas que permiten simplemente que nos entendamos o podamos juzgar si una construcción es clara y dice lo que quiere decir, o dice otra cosa, que no quiere decir.

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  11. Jorge Fondebrider4 de julio de 2011, 9:11

    No estoy tan seguro de que el centro al que aludís, Auli, deba estar en algún lugar determinado. Que, de manera conjunta, se puedan compaginar reglas lo suficientemente flexibles como para ser útiles, no me parece mal. Pero que un país se arrogue el derecho de decidirlas por encima de los otros no es una solución para el problema. Y acá es donde, en términos eminentemente prácticos es donde no veo razón alguna para que una academia nacional tenga que pedirle ayuda a una institución privada extranjera, que, como el ejemplo de la lectora Inés Grapschental demuestra, aplica criterios contradictorios con nuestras prácticas. Pensalo.
    Ningún inglés le diría a ningún estadounidense cómo tiene que manejarse con su lengua. No entiendo por qué un español debería entonces decirle a cualquier latinoamericano cómo debe proceder en materia lingüística.

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  12. No he dicho que el centro deba ser cabeza o trono de la lengua, Jorge. En cuanto a pensarlo, lo pienso bastante, no vayas a creer que no. El problema lo tenemos menos con la Academia que con la industria cultural española, que habla y pide que se hable no en castellano, sino en el idioma corriente de España, tío. La Academia mal puede fijar normas a esta altura, porque el idioma es imparable en sus cambios. Creo que su función debería limitarse, y no por eso sería menos importante, a los diccionarios, que son necesarios si nos interesa mantener cierto entendimiento común del idioma. Yo desciendo de Ruy Díaz, por vía materna, tanto como un español, y quizá más que un andaluz, y mi idioma, el centro de mi idioma, es el de Cervantes. con una perdida resonancia italiana, por culpa o efecto de mi otra ascendencia, la paterna. Eso ha pensado, Jorgito, y bien sabés que no traduciría "boy" por chaval. Otra cosa querría decirte: el nacionalismo extremo me hace no sé qué malas cosquillas. Insisto en que me gustaría poder entenderme con el mayor número de personas en castellano. Y en cuanto a las recomendaciones de la fundación en cuestión, que sea privada y extranjera no me va ni me viene. Sus recomendaciones, por otra parte, las tendré en cuenta, como periodista, si me parecen correctas. De las recomendaciones que un inglés haría a un estadounidense, no tengo la menor idea, pero ¿por qué habría de basarme en las actitudes que pueda o no tener un ingés respecto de la lengua de un estadounidense? ¿Es que aquí no importa que sean extranjeros?

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  13. El problema, si es que lo hay o puede llamársele así, Aulicino, es político, es decir, de poder, es decir, económico, es decir, de guita (que es una voz caló), mosca o parné. El tema es quién se lucra con la supuesta necesidad de purificar y normalizar constantemente, urgentemente (para usar un concepto fundeuístico -¿sería esa la correcta adjetivación?), pleonásmicamente y, a menudo, equivocadamente, una lengua que no se deja sujetar tan fácil porque su desarrollo, su crecimiento y riqueza están, como es obvio, en las manos desnormalizadas del habla, que es periférica y centrífuga de ese centro, esté donde esté. Si algo normaliza, autoriza, cimenta y simenta una lengua es su literatura. Punto. Todo lo demás son productos políticos disfrazados de buen samaritanismo, mareas evangelizadoras con saudade del yanaconazgo, pasantías y nepotismos de dudosa utilidad y más dudosa autoridad aún. Dudosa en todas sus acepciones, incluso aquellas que no existen o no recogen los diccionarios.
    Una literatura poderosa produce una lengua poderosa. Una literatura timorata produce una lengua timorata. Una literatura prepotente produce una lengua prepotente. Una literatura débil produce una lengua necesitada de apósitos, de muletas, de correctores, de censores, de administrativos, de funcionarios, de comisarios de la lengua. Que cada cual se haga mirar la literatura y busque ahí el síntoma que señala la supuesta enfermedad y su supuesta necesidad de cura.
    En cuanto al asunto político, habrá que tratarlo allí donde corresponde, en su campo específico, el de la competencia por el parné, por la pasta, por los morlacos o las pelas.
    Y escriban bien, che. También la fondue: escriban bien, que a esta altura a uno le duelen los ojos (no te digo el alma) cada vez que salta el anacoluto como un payaso de feria sin gracia.

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  14. Dime, Nariz, si intentas decir, sin anacoluto, que la lengua castellana carece de literatura. En cuanto a la periferia y el centro, no sé por dónde avanza más la indomable energía de la lengua, pues a mi juicio, toda proviene del mismo tronco, aunque se crucen sus ramas con la mayor variedad de vocablos de otras lenguas, vivas o muertas, incluidas las indígenas -me libre Dios de llamarlas indias-. Pues insisto en que nunca he hablado de un centro geográfico.

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  15. Perdón, éste no es un comentario para publicar, ya sé que aquí no se admiten anónimos... es sólo para comunicar:

    1)una petición a Nariz: que por favor vuelva pronto a actualizar el blog de relatos que me encantan (él no tiene habilitado el modo anónimo en su herramienta de comentarios y por eso no puedo hacerlo allí) y

    2) una felicitación por las magníficas conferencias que estáis organizando últimamente. La de la traducción de los sonetos de Shakespeare me ha encantado.

    Muchas gracias por todo.

    María

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  16. ay, María, ojalá pudiera actualizarlo más a menudo. el problema es que para eso tengo que escribir más a menudo, cosa que ya no depende de mí sino de mi musa, que no es que sea vaga, como yo creía, sino que trabaja para varios más y no da alabastro.

    de todos modos, te agradezco el estímulo, a ver si le subo el sueldo y sale algo...!

    querido Auli: yo solo dije que donde digo digo no digo diego. hay la literatura que hay, y la lengua que ésta fija. lo demás son paparruchadas, que si quítame una tilde allá y ponme un prefijo aquí, o si están bai se escribe con hache o con i griega copta o no se escribe ni se pronuncia pero estar está, manque sea en stand by.

    claro que el tronco es uno. pero hay ramas más frondosas que otras, y que ofrecen más ricos y bellos frutos. sin embargo, lejos de mí la intención de ir midiéndonos el largo de la rama. eso tanto da. lo que importa es que la literatura, rama más, rama menos, sea robusta y dinámica. solo así se fortalece la lengua y se la pone a salvo del acartonamiento, la brillantina y el fijador.

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