domingo, 18 de julio de 2010

Gerentes comerciales, expertos en marketing e informáticos demuestran que no hace falta tener competencia alguna para ganar buenos sueldos

La prensa tiene momentos sublimes. Ya fue muy divertido –aunque poco delicado– cuando el canal de televisión argentino Crónica, aludiendo a la lesión de un jugador brasileño y a la eliminación de la selección de ese país de la Copa del Mundo, tituló con letras catástrofe: "Brasil se va con Elano quebrado". También tiene mucho de profecía autocumplida el título de la noticia que, en la sección internacionales, publicó ayer el diario El País, de España, mencionando una frustrada reunión entre el presidente español y el presidente de Ruanda: "Zapatero dejó plantado a Kagame". No menos gracioso es el contenido del agudo artículo de Miguel Ángel Criado, también publicado ayer, pero en Público.es, que se transcribe por su pertinencia, señalando de paso que la estupidez no es condición indispensable para tomar decisiones en el mercado editorial, aunque ayuda. 

Los libros electrónicos de Libranda no se pueden leer

Libranda, la plataforma de libros electrónicos en español más ambiciosa lanzada ayer, arranca con problemas. Los primeros compradores de ebooks han comprobado que sus lectores electrónicos no pueden leerlos. Al menos dos de los dispositivos más populares, el Kindle de Amazon y el iPad de Apple no consiguen abrir los libros. Tampoco lo logran los teléfonos móviles avanzados, como el iPhone o los Android de Google.

Considerada por la industria como el gran intento de transición del libro analógico al digital, Libranda cuenta con el sostén de diez grandes editoriales, varias librerías y un catálogo inicial de 2.000 títulos, que ampliarán en septiembre. La descarga y lectura en un ordenador no presenta problemas, pero no ocurre lo mismo con los lectores de libros electrónicos. La mayoría son incapaces de leerlos. Ni el Kindle ni el iPad, los más vendidos junto al español Papyre, pueden. Este último lo logra, pero como dice el abogado Carlos Sánchez Almeida, que se compró Imperium, de Robert Harris, "casi hay que estudiar ingeniería de telecomunicaciones".

El problema no es del formato elegido para digitalizar la obra. El EPUB es el estándar en el sector, por encima del PDF. El fallo está en el sistema de gestión de derechos (DRM), un eufemismo para referirse a los mecanismos anticopia. Creado por la empresa de software Adobe, no es compatible con la mayoría de los lectores electrónicos. Su Adobe Digital Editions, que permite al propietario de la obra mantener el control sobre ella después de su venta, sólo funciona con el lector de libros de Sony y un par de marcas más. Esto deja fuera a otros como el Nook o el iRex y a todos los móviles avanzados.

Desde Libranda no facilitaron a este periódico un listado de dispositivos capaces de leer sus ebooks en español. 

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